Luego de más de 21 años de experiencia acumulada en cirugía laparoscópica y con múltiples estudios que respaldan las ventajas de este tipo de abordaje respecto a la cirugía abierta convencional, parece que hablar sobre la seguridad de operar la vesícula por laparoscopia es tan obvio que es como llover sobre mojado.

Sin embargo lo que resulta común para la comunidad médica y los especialista en cirugía, no es tan familiar para los pacientes por lo que aún hoy, luego de una larga experiencia en cirugía laparoscópica y habiéndose casi abandonado la cirugía abierta de la vesícula, aún los pacientes preguntan si es seguro operar por esta vía¿por qué? ¡Pues porque resulta complicado imaginarse como se puede operar un órgano a través de una incisión más pequeña que una moneda y sin poder tocar lo que está dentro!

Por obvio que parezca para quienes realizan el procedimiento a diario (no sólo la cirugía de vesícula sino muchas otras); el hecho de poder abordar el interior del cuerpo humano a través de una pequeña incisión, realizar un procedimiento de cirugía mayor, y salir casi sin dejar marcas es casi como algo mágico que genera a la vez admiración y temor por parte de quien se va a someter a este tipo de cirugía.

Ahora bien, de nuevo sobre el tema de si es seguro operar la vesícula por laparoscópia, la respuesta no puede ser otra que un enorme SI, resaltado y en negritas.

La cirugía laparoscópica en general y de la vesícula en particular es un procedimiento 100% seguro donde el equipo de cirugía puede ver con lujo de detalles (e incluso aumento) todas las estructuras anatómicas del área que se va a operar, así mismo, el desarrollo de instrumental altamente sofisticado permite disecciones minuciosas con mínimo daño colateral a los tejidos circundantes lo que aumente la seguridad del método y favorece la recuperación del paciente.

Aún cuando el cirujano no puede tocar directamente las estructuras que opera (ya que no introduce su mano en la cavidad abdominal), durante la colecistectomía laparoscópica (nombre técnico de la operación de vesícula por laparoscopia) es posible identificar la textura, consistencia y grado de inflamación de los tejidos dependiendo de la resistencia que presentan al ser tomados con ciertos instrumentos de prensión; así la sensación de “tocar” directamente el tejido es sustituida por la sensación que produce al ser manipulado por el instrumento.

Dicho esto, ningún paciente debe tener temor alguno de someterse a una operación de vesícula por laparoscopia, siempre que la misma sea realizada en un centro que cuente con la tecnología necesaria para poder ejecutarla y por un equipo de cirujanos entrenados, capacitados y con experiencia en colecistectomía laparoscópica, que en la actualidad es el método de abordaje de elección para extraer la vesícula biliar enferma.

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